martes, 2 de mayo de 2017

Escalones de la Torre de Pisa

La torre bascula al principio hacia el Norte y con el paso del tiempo hacia el Sur
La clave está en el suelo. El lugar donde se asienta la torre es muy poco estable. El subsuelo es pantanoso y está formado sobre todo por arena y arcillas, por lo que no es muy compacto y tiende a deformarse y a moverse.
Al problema del suelo se unió que la parte de la torre que está enterrada, es decir, donde va anclada, que son los cimientos, tienen sólo 3 metros de profundidad… ¡Muy poca fijación para una torre de 55 metros de altura y casi 15 mil toneladas de peso!
Ambos factores unidos dieron como resultado una construcción que cada año iba alejándose de la perpendicular y acercándose al suelo peligrosamente.
Ante el riesgo de derrumbe, no hubo más remedio que parar su construcción y dejarla a medias durante un largo tiempo.

La construcción de la Torre de Pisa continúa…

Sí… las obras se retomaron, pero cien años después, en 1272, que es cuando se decide completar los pisos que faltaban y que en total eran siete más el campanario.
Para intentar nivelarla ¿qué hizo el nuevo arquitecto? Pues no se le ocurrió otra cosa que construirlos en vertical sobre la torre inclinada, haciendo para compensar un lado más alto que otro.
¡El desastre fue total! Queriendo arreglarlo lo que consiguió fue que la torre siguiera inclinándose pero esta vez hacia el Sur. De nuevo, tuvieron que dejar la torre sin terminar.
Torre de Pisa
Los siete pisos de la torre de Pisa
Un siglo más tarde la torre seguía en su sitio así que se propusieron acabarla de una vez, añadiendo por fin el último piso, el de las campanas. También fue construido de forma vertical sobre la torre ladeada ¡Otra vez el mismo error!
En 1350, doscientos años después de poner la primera piedra, la torre estaba terminada. Desde entonces se ha ido inclinando y por los sucesivos añadidos, ha adquirido una forma curvada que recuerda a una banana.

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